.Ciro Alejandro
Rolón, piano
.Teatro Colón, Mar
del Plata, 3 de agosto, hora 20.
Nacido en Río Negro, el joven
pianista Ciro Alejandro Rolón está llevando a cabo una nutrida agenda de
conciertos que proseguirá en el Museo Fernández Blanco, La Fundación Beethoven
y la Escala de San Telmo, entre otros escenarios.
Para su presentación en Mar del
Plata optó por obras de distinta naturaleza del repertorio romántico y
post-romántico del siglo XIX, de autores con una concepción pianística también
muy diferente.
El Impromptu en la bemol mayor, opus 90, D 899, nro. 4 de Franz
Schubert (1797-1828) abrió el programa. El hondo sentido melódico de quien
es, con toda evidencia, uno de los compositores mayores y más singulares de la
historia de la música, la belleza intrínseca de estas invenciones sepulta, por
decirlo así, el desafío técnico que implica abordarlas, ya desde su comienzo,
en rápidos pasajes en semicorcheas que forman parte del comienzo del primer
motivo y del acompañamiento luego. La escritura es un fluir de estos elementos
nada sencillos que deben ser interpretados en toda su musicalidad para dar el
sentido de improvisación que es la propia naturaleza de los impromptus.
El Nocturno en do menor, opus 48 nro. 1; el Estudio en do menor, opus 25, nro 12; la Mazurca en si menor, opus 33, nro. 4 y la Balada nro. 1 en sol menor opus 23 de Frédéric Chopin (1810-1849) siguieron en el orden del programa.
El nocturno y su
misterioso y delicado comienzo imponen un sentido de la frase similar al del
habla, íntimo y crepuscular, donde es difícil predecir a donde conducirá la
frase. Totalmente diferente, el estudio se destaca por su intensa sonoridad y
amplitud, en una permanente cascada de notas, ya sea en la línea melódica y el
acompañamiento. En cambio, la mazurca,
con su alternancia dinámica y su acentuación que se desplaza del primer tiempo
del compás al segundo o que se aprecia en ambos, es una añoranza de la música
folklórica del país natal del compositor.
La balada, una de las obras acaso más conocidas está desarrollada en un
permanente cambio dinámico y una línea que conduce de un motivo melódico a
otro.
El pianista polaco Piotr
Andersewski en el interesante documental El viajero
inquieto –donde evoca con dolor y nostalgia a aquella antigua Varsovia destruida en
la Segunda Guerra Mundial- se refiere a la naturaleza de la música de Chopin como una “ebullición
muy controlada” y su definición cobra sentido en estas obras de exuberancia y a
la vez de equilibrio, de sonoridad y a la vez de dulzura.
Tales distintas
inflexiones –del nocturno, al estudio, de este a la mazurca y luego a la
balada- constituyen una exigencia para el sentido estético de la interpretación
e cualquier pianista y fue un acierto exponerlas en su rica diversidad.
Las siguientes obras del programa
fueron: I. Prelude. Moderato, II Choral piu lento- Poco Allegro III Fugue Tempo
I° - Come Cadenza, de César Franck
(1822-1890). La obra de Cesar Franck es de una gran finura en la concepción:
virtuosística, dulce, conducida por motivos sencillos en un contexto de amplios
desarrollos sonoros. No parece dada en el fácil efecto sino en la delicada
sensación de un descubrimiento que nos conduce por motivos recurrentes y de una
belleza que les es peculiar. Poco difundida en el repertorio de los pianistas,
su complejidad de interpretación es evidente: rápidas cascadas de notas que
constituyen pasajes similares entre sí que se suceden y constituyen un tejido
muy cerrado, y la belleza de los motivos centrales. Se destaca en las frases las
micro-dinámicas: es decir, las variaciones de intensidades en una misma nota,
en un discurso que está concebido de ese modo particularmente en los pasajes
lentos.
Obra de demanda técnica y a la vez
de criterio, hubo la rara oportunidad de escucharla en vivo.
El programa concluyó con Six Moments Musicaux, opus 16: Nro. 3,
Andante Cantabile en si menor; nro.
4, Presto, en mi menor, de Sergei Rachmaninov (1873-1943). Se
cumplen este año el sesquicentenario del nacimiento del compositor ruso y el
ochenta aniversario de su muerte. Es sin duda uno de los mayores exponentes del
post romanticismo, que vivió en un momento en que imperaban las vanguardias.
Fue fiel a su música y a lo que resuena en ella: la diversidad –desde el
intimismo de obras pianísticas como las del opus 23 o el 32- a la inventiva tan
racionalmente organizada de sus Variaciones
Sobre un Tema de Paganini, opus 34 y muchas otras de diferente naturaleza,
como las Vísperas para coro a
capella.
El nro. 3 connota el lirismo nostálgico
de muchas de sus obras para piano solo mientras que el nro. 4 es una pieza de
bravura.
Obras breves y representativas para
cerrar un programa donde todos los opus fueron representativos de un lenguaje y
de un compositor.
Luego de interpretar las obras de Chopin
Ciro Rolón se dirigió al público para referirse al repertorio, a lo
representativo de cada opus, a las razones por las cuales eligió cada uno de
ellos y a sus particularidades técnicas. Confirió a su presentación un carácter
espontáneo y a la vez orientó la escucha de este repertorio.
La
técnica permite abordar las obras pero su dominio es un punto de partida que
lleva a un criterio de interpretación dado en el sentido de la obra, lo que
significa para el intérprete y el modo de abordarla.
La falta de programa de mano, práctica
lamentablemente establecida en varios escenarios, no permitió al público
acceder a la referencias de la formación del pianista, que entre sus
antecedentes se cuentan el haber sido becado por el Centro de Estudios
Pianísticos (CEP BARCELONA) como alumno activo en las Clases Magistrales de la
reconocida pianista Ingrid Fliter (medalla de Plata en el Concurso
Internacional de Piano F.Chopin de Varsovia) sobre la obra de F.Chopin.
así como haber obtenido el Primer Premio del Seminario y Concurso “Los
conciertos para piano y orquesta de Ludwig Van Beethoven”, cuyo jurado estuvo
conformado por miembros de la Comisión Directiva de ALAPP Argentina(Mayo 2019),
entre otras distinciones.
Una vez más, resulta enriquecedor el
contacto con los jóvenes intérpretes, quienes en una formación las más de las
veces intensa han podido desarrollar un sentido de la técnica así como de la significación de obras que abordan por
razones que siempre son muy caras a sus preferencias. Ciro Alejandro Rolón
eligió, de un repertorio más vasto, obras que por motivos propios deseaba
brindar al público y lo logró acabadamente
Eduardo Balestena
No hay comentarios:
Publicar un comentario