lunes, 20 de junio de 2011

Un programa ecléctico


El Quinteto de Vientos de Mar del Plata retomó su actividad en el concierto del 18 de junio, en el Teatro Colón, oportunidad en la que ese presentó con la pianista Graciela Alías.

Formado por Mariano Cañón (oboe); Gerardo Gautin (fagot); José Garreffa (corno); Federico Gidoni (flauta) y Mario Romano (clarinete), solistas de la Orquesta Sinfónica Municipal, permitió apreciar, en las obras elegidas, la posibilidad sonora de conjunto de timbres en obras con exigencias expresivas muy diferentes.

En el programa fueron interpretadas la Serenata, de Carlos Franzetti, compositor argentino, residente en Estados Unidos, autor de música de películas (como la recordada “La película del Rey”, de Carlos Sorín), jazzman, a la vez autor de sinfonías. Le sucedió Aires tropicales, del compositor cubano Paquito D´rivera. Ambas plantean un lenguaje que explora la riqueza de acentos, elementos rítmicos y melodías en un marco de irregularidad y permanente cambio que implica una exigencia en la precisión. Acentos que se desplazan, alternancias, pasajes rápidos, hacen que resulte un género difícil de abordar y que requiere un gran trabajo previo. En el caso de la obra de D´rivera, se trata de siete movimientos, que abarcan diferentes ritmos (son; habanera; vals venezolano, entre otros) que exponen a los instrumentos en diferentes aspectos expresivos. Ello nos plantea tanto las posibilidades de expresión de timbres en función muy diferente a la que tienen en la orquesta y en el repertorio tradicional, y la existencia de una literatura particularmente atractiva, en lo que hace a los autores y a la formación en sí.

En la segunda parte fue interpretado el Quinteto para piano y cuarteto de vientos (clarinete, oboe, fagot y corno) K. 452 de Mozart, con la pianista Graciela Alías, una intérprete que ha abordado numerosas sonatas y conciertos de Mozart. El compositor no deparó roles subordinados a los instrumentos, que discurren en una relación de paridad, ya sea en la construcción armónica o en las alternancias en la exposición de la melodía. Del piano exige un sonido a la vez delicado y neto y, como en todas las obras de Mozart, todo es visible, expuesto y claro. Exige además en las dinámicas (crescendos/decrescendos) y en la amalgama de matices.

Mariano Cañon; Gerardo Gautín; José Garreffa y Mario Romano intervinieron en la sinfonía concertante en mi bemol, de Mozart, hace muy poco. Esta experiencia y el trabajo previo, tanto en el anterior ciclo del quinteto como en el manejo de estas obras fueron evidentes en un sonido puro, amalgamado, en tempo, matices e intensidad que habla de su experiencia como solistas, llevada al lenguaje de cámara. Es positivo llevar esta experiencia al abordaje de obras poco conocidas que permitan apreciar tanto la riqueza del elemento popular como lo inhabitual (como lo es un piano con un cuarteto de instrumentos de viento) en el repertorio clásico.

Eduardo Balestena

http://www.opus115musicadecamara.blogspot.com

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